lunes, 3 de julio de 2017

SANGRE ESPAÑOLA EN LA INAUGURACIÓN DEL XX JAZZ SAN JAVIER



La banda del guitarrista valenciano Ximo Tébar, con su invitada Carmen Rodríguez.

Jornada inaugural del 20 Jazz San Javier con tinte nítidamente español, a cargo del guitarrista Ximo Tébar y Sole Jiménez y su invitado especial Antonio Carmona. Antes de que sonara la música, el director del festival, Alberto Nieto, se ha dirigido un año más al público asistente para darle las gracias por mantenerse fiel al festival durante 20 años. Después ha querido tener un reconocimiento a los tres cronistas que se han mantenido, durante este tiempo, fieles a la cita ofreciendo el testimonio escrito de Jazz San Javier como son Alexia Salas, Ángel Sopena y quien suscribe estas humildes crónicas. La verdad que, al menos para mi, ha sido toda una sorpresa que agradezco con la misma humildad con la que cada noche intento reflejar lo visto y sentido en este grandioso Festival Internacional de Jazz de San Javier. Nieto también ha recordado las dos personas a través de las cuales, las imágenes de todos los músicos que han desfilado durante estos 19 años previos –alguno de ellos ya desaparecidos tristemente-, como son los fotógrafos del festival Marta Pinilla Aldaraví y Goio Villanueva. Al tiempo ha hecho extensivo el agradecimiento del festival a todos los medios de comunicación, por hacerse eco cada año de esta cita musical así como a todas las instituciones, públicas y privadas, que han dado su apoyo incondicional sin el que Jazz San Javier, ha destacado Nieto, no hubiera alcanzado las altas cotas de prestigio de que goza hoy por hoy.


El director de Jazz San Javier presentando esta edición.

Y tras ello, esta 20ª edición echaba a andar con el concierto preparado por el guitarrista valenciano, Ximo Tébar, que para la ocasión ha reunido a una banda de primer orden conformada por el contrabajista Darryl Hall; uno de los excelentes bateristas del género: Nathaniel Towsnley; el teclista Will Martz, que fue incorporado a última hora por Ximo; Luis Guerra al piano, y la voz del dúo La Plata, Carmen Rodríguez. Tébar presentaba al grupo en mitad de su tema de introducción, “Son Mediterráneo”, agradeciendo al festival el que le haya elegido para esta jornada inaugural ya que, subrayaba, se siente como en casa.



Ximo Tébar regresaba a Jazz San Javier, para inaugurar esta XX edición.
 Tras esta introducción, el guitarrista levantino atacó la pieza que da título a su reciente trabajo discográfico. Precisamente sobre la base de este disco, “Soleo”, se desplegaba el concierto en esta edición que fue premiado, como no podía ser de otra manera en este festival, con una cerrada ovación del auditorio que mostraba así su aprecio absoluto por este músico tan querido por estas tierras. El grupo abordó una versión muy jazzística del “Concierto de Aranjuez”, del Maestro Rodrigo, a la que Tébar añadió su toque y estilo mediterráneo que tanto prestigio y originalidad le han ayudado a ser reconocido como uno de los más importantes del panorama jazzístico español con repercusión internacional.

La cantante Carmen Rodríguez fue la invitada especial del valenciano para la ocasión.
 Al ser viernes, parte del auditorio se fue incorporando poco a poco (ya se sabe que algunos finalizan su jornada laboral en horario muy ajustado al comienzo de los conciertos) para dejar constancia de que Jazz San Javier sigue concitando a un público fiel que, durante buena parte de la actuación del guitarrista valenciano, se convirtió en una parte más del repertorio interpretado sobre el escenario del Parque Almansa. Así que viendo cómo respondía el público en cada propuesta musical, el sexteto atacó “Tener o No Tener”; canción que Carmen Rodríguez pidió a Tébar interpretar para esta edición tan especial, logrando que el respetable se levantara de sus asientos para premiar con aplausos la pieza.

La magistral sección rítmica de Ximo Tébar, conformada por el bajista Darryl Hall y el baterista Nathaniel Towsnley. 
 Y llegó una versión muy particular de una vieja canción titulada “Júrame” -que más que esa maravillosa pieza mejicana que compuso, durante los años 30, María Grover y que elevó a éxito reconocido su primer intérprete José Mojica-, de la que Ximo Tébar y su grupo hicieron una casi nueva canción para dejar destacar la voz de Carmen Rodríguez que enriqueció, y de qué manera, una pieza tan popular. Con los ánimos ya muy elevados y un clímax de alta temperatura en el auditorio, Tébar y su grupo anunciaron un clásico del género en homenaje a Al Jarreau pidiendo, para ello, la colaboración del público en cuanto a frasear aquellas partes que hicieron tan peculiar los conciertos de Jarreau. El tema fue compuesto por el saxofonista Paul Desmond, integrante del cuarteto del recordado Dave Bruckberd, y no era otro que “Take Five”, que sonó como un trallazo musical definitivo que traspasó el recinto del auditorio Parque Almansa.

Luis Guerra es el pianista del grupo. 

El público, puesto en pié, aplaudía sin cesar y mostraba sin complejo alguno su entrega más absoluta a este guitarrista español que ha crecido musicalmente, y mucho, con el paso de los años. Ya llevábamos poco más de una hora de continuos disfrutes, cuando Ximo Tébar y la banda atacaron “Poinciana”; un clásico del repertorio internacional jazzístico que puso en pié, definitivamente, a un auditorio alegre, satisfecho y entregado con el valenciano y sus músicos.



El teclista Will Martz, no figuraba en el programa y se incorporó a última hora.
Nadie se movía de su localidad, mientras saludaban. Pero, obviamente, el público de Jazz San Javier es agradecido y pidió un poco más. No se resistieron porque, como indicó Ximo Tébar al comienzo, se encontraba en casa. Una vez todos en el escenario atacaron una originalísima versión del inmortal tema de Henry Mancini, “The Pink Panther” que los asistentes disfrutaron como enanos. Para despedir con “Nana” y reiterar su agradecimiento, en lo que fue un inicio de esta 20ª edición del Jazz San Javier de muy alto voltaje musical. Y sólo era el comienzo, porque aún nos restaba una segunda parte nítidamente española, con la cantante Sole Giménez y la invitación de Antonio Carmona; uno de esos “hombres sensibles”, a los que la cantante de origen murciano nacida en Paris ha dedicado su último trabajo discográfico.

La cantante de origen yeclano nacida en Paris, Sole Giménez.

Por tercera ocasión, la cantante Sole Giménez ha visitado Jazz San Javier para desplegar un repertorio bien escogido en este regreso, a cuyo concierto invitó al ex Ketama, Antonio Carmona, que junto a la cantante interpretaron varios temas en homenaje a unos de los cantautores y guitarristas de la música pop española más importantes de los últimos años: Manolo Tena. Los músicos que la acompañaban lograron crear un bloque compacto, que supo arropar en todo momento a la cantante afincada en Valencia. Ellos eran Iván “Melón” Lewis, al piano; Iván Cebrián, guitarra; Haru Mori, al bajo, y el baterista Michael Olivera. Con ellos sonaron los primeros compases de “Sigo esperando la lluvia”, pieza que abre su disco “Los Hombres Sensibles” y que significó el comienzo de una buena actuación esperada, por otra parte, por buena parte del público que se dio cita en este primer día de la presente edición.

El pianista cubano Iván "Melón" Lewis.
Los conciertos de Sole Giménez suelen ser, al menos en San Javier, muy intimistas como lo demuestran los diálogos que mantiene con el público antes de cada canción. Y el auditorio responde de manera adecuada; incluso formando parte, en algunas piezas, del conjunto. Así que presentó a sus músicos y atacó otra pieza de su más reciente disco, la titulada “Volver al Mar” que es de las pocas que ha grabado ella sola. Después explicaba que en este trabajo ha querido mostrar su admiración por esos hombres que poseen una sensibilidad especial, como Carlos Goñi que escribió y grabó con ella “Mi mapa del mundo”. El auditorio no acaba de conectar del todo con la cantante, tal vez porque este su último disco aún no es demasiado conocido o sencillamente, porque después del huracán que le había precedido, el personal necesitaba más voltaje para reaccionar. Y eso que los músicos que la acompañan en este su regreso poseen un muy alto nivel. El caso es que Sole continuó con otra pieza más de este trabajo titulada “Detrás del piano”, que grabó junto al colombiano Chabuco.

Haru Mori y su contrabajo impusieron el compás latino del concierto.
A partir de ese momento, Sole Giménez tiró de fondo de repertorio para que un auditorio que no acababa de mostrarse absolutamente entusiasmado volviera a identificarse con ella, como había ocurrido en sus anteriores visitas. Y la cosa cambió; vaya si cambió. El primer síntoma lo tuvimos con “Toda una vida” que en un momento dado, la mezcló con pasajes del inmortal “Oye cómo va”, de Tito Puente, popularizada mundialmente por Carlos Santana, para retomar de nuevo la pieza principal y lograr que el auditorio despertara, definitivamente, y recuperara la conexión, un tanto perdida por la audiencia en sus primeras canciones de la noche.

Excelente y limpia ejecución del guitarrista Iván Cebrián.
De ese momento se dio cuenta Sole Giménez y atacó con otra pieza inmortal del recordado Antonio Carlos Jobim: “Aguas de Marzo”. Bueno, aquello cambiaba por momentos en relación a la reacción inicial que la cantante había captado del público que ahora, la sentía suya, cercana; aquella sí era su Sole. Y entonces anunció la “bomba” preparada para la ocasión: Antonio Carmona. Aquello se venía abajo. El ex Ketama es persona que en estos pagos tiene muchísimos seguidores y por lo visto, muchos de ellos se habían citado en el auditorio del Parque Almansa para ver este concierto de Sole Giménez, al que la artista le había invitado. Para abrir boca, la canción de éste último trabajo discográfico de la cantante, en la que participó Carmona: “He vuelto a caer”.

Una vez más, Antonio Carmona y Sole Giménez interpretando juntos canciones de su repertorio.
Quedaba patente que el ex Ketama continúa levantando pasiones musicales, a tenor de la reacción del público que casi llenaba la sala. Ambos intérpretes, en diálogo abierto con los asistentes, recordaron un programa de televisión, “A mi manera”, en el que participaron conjuntamente con el desparecido y recordado Manolo Tena, fallecido en abril del pasado 2016. En su recuerdo, y como homenaje, interpretaron su éxito de 1992 “Sangre española”, que daba título al disco de aquel momento.

El baterista Michael Olivera.
La sala aplaudió, puesta en pié, la interpretación y el homenaje a quien fuera integrante de grupos tan señeros en el rock y pop español como Cucharada y Alarma!, antes de continuar su carrera en solitario. Antonio Carmona tiene más que sobrada entidad, como para llenar un escenario. Con el acompañamiento de su guitarra comenzó a cantar “El Pescaílla”, en el que Carmona se recreaba trasladando su ritmo y alegría al respetable y en el que, poco a poco, fueron incorporándose primero Iván “Melón” Lewis (qué toque pianístico posee este cubano) y posteriormente el resto de la formación que escuchaba atentamente al fondo del escenario, hasta que el ritmo no les dejaba quietos y se sumaron a sus compañeros. Antonio Carmona engancha y de qué manera tan bonita.

Antonio Carmona supo transmitir toda su alegría y sentimiento musical a sus compañeros y público del auditorio.
De nuevo todos en escena, se dejaron escuchar los primeros compases de un éxito de Ketama, “Flor de Lis”, que suponía la guinda que faltaba en ese magnífico pastel musical, confeccionado por Sole Giménez y Antonio Carmona y del que todos estábamos probando un buen trozo. Una locura, qué quieren que les cuente. El personal ya andaba, por entonces, bailando junto a sus butacas o en el famoso foso del auditorio. Una auténtica locura, señores.

Sole Giménez puso un poquito de sosiego, con el recuerdo de otra voz española que se nos marchó muy pronto: Cecilia. De ella, Giménez adoptó una de sus canciones más recordadas como es  “Ramito de Violetas”, con la que el concierto retornaba a su formato del comienzo. Como ya había transcurrido poco más de una hora, Sole Giménez cerró esta nueva visita a Jazz San Javier en su XX edición, con dos piezas de su trayectoria musical que iniciara con el grupo Presuntos Implicados: “Mi pequeños tesoro y “Cómo hemos cambiado”, que el auditorio premió con unánime aplauso, silbidos de reconocimiento y petición insistente para que ofreciera algún bis.

Sole Giménez y su banda, durante su concierto.
No se hizo de rogar mucho. La cantante tiene sus raíces en la población murciana de Yecla, a pesar de haber nacido en Paris, y es muy querida en esta región levantina española. Así que hizo algo que, al menos en sus anteriores visitas, nunca había realizado: Comenzar su ya inmortal “Alma de blues”, con varios compases previos del número “Summertime”, perteneciente a la ópera escrita por los hermanos Gershwing “Porgy & Bess”. El resultado fue un divertimento para los músicos que acompañan en esta ocasión a la cantante, en el que se recrearon y de qué manera tan festiva con una magnífica factura interpretativa. Como ya estábamos en fin de semana, Sole regaló una pieza más a un público, el de Jazz San Javier, que no le defraudó y al que ella también entregó su alma musical y humana. Con “Esperaré”, a la que se sumó también Antonio Carmona, se despedían ambos de esta nueva visita al auditorio del Parque Almansa, sede de Jazz San Javier, agradeciendo a organización y publico el que contaran con ellos en una ocasión más.

En resumen, noche de sangre española en esta jornada inaugural del XX Jazz San Javier con dos conciertos diferentes, pero bien acogidos por ese público fiel del festival, a cargo del guitarrista valenciano Ximo Tébar y su grupo (y qué grupo), para continuar con el regreso de Sole Giménez y su invitado especial, Antonio Carmona. Noche con una muy buena entrada (algo más de tres cuartos de su capacidad) y temperatura mucho más suave que en jornadas precedentes, en la que los rostros de los asistentes se adivinaba la satisfacción de haber disfrutado de una muy buena jornada. Y esto acaba de comenzar. Aún nos quedan muchas noches, hasta el próximo 30 de Julio, con el cierre a cargo del pianista francés, Michel Legrand.  Les voy contando la noche a noche.

Las fotografías son obra de Goio Villanueva. Puedes ver sus trabajos pinchando en su nombre.


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