martes, 18 de julio de 2017

PEGASUS DEJÓ AROMAS MEDITERRÁNEOS HASTA QUE EL BLUES SE ADUEÑÓ DEL PARQUE ALMANSA.



El grupo catalán hizo un concierto con dos partes. La segunda en un proyecto nuevo como acompañantes de Mónica Green. Después llegaría el éxtasis y la locura colectiva, con el blues más genuino a cargo de Taj Mahal y Keb’ Mo’.


El baterista y Maestro de Ceremonias de Pegasus, Santi Arisa.


Pegasus es el nombre del caballo alado de la mitología griega y el primero que llegó a estar entre los Dioses del Olympo. Fue el caballo de Zeus, dios del Cielo y de la Tierra y uno de los más célebres de la literatura. Pero también es uno de los grupos instrumentales de España más conocidos a nivel internacional, cuyas composiciones han recorrido medio mundo. Su historia parte en 1981 (siglo XX) y llega hasta nuestros días ya en el siglo XXI. Han pasado muchos años –concretamente 36- desde que cuatro amigos y músicos catalanes decidieran unir sus talentos para crear un nuevo sonido, que ha tenido una producción cuantiosa y fructífera resumida en diez discos, además de haber recorrido escenarios como el Carnagie Hall de Nueva York o uno de los más prestigiosos festivales de jazz de Europa: Montreux. El periodo de inactividad en los escenarios comienza en 1988, pero el grupo no dejó nunca de trabajar y publicar discos o poner en valor encargos como crear la música para la película “Berlín, sinfonía de una gran ciudad” (1927, Walter Ruttmann); trabajo realizado en 1986 pero que continuó posteriormente.


Rafael Escoté, con su tradicional bajo eléctrico.

La formación sólo ha registrado una incorporación, en relación a sus componentes originales: La de Dan Arisa, hijo de Santi el baterista, quien también se ha decantado por la percusión dándole un valor añadido al sonido mediterráneo de Pegasus y que, en esta ocasión, sí estuvo pero no actuó debido a una tendinitis aguda que debe curarse bien, según explico su progenitor, para no truncar su carrera de músico. Los otros integrantes originales son Joaquín Max Sunyer, guitarra; Josep Mas “Kitflus”, teclados, y el bajo eléctrico de Rafael Escoté. Su concierto se abría con “Aria Metropolitana” que era muy bien acogido por un auditorio repleto de público en la noche del pasado viernes 14 de Julio. Los primeros aplausos unánimes del público y ataque para otra composición incluida en su más reciente grabación hasta el momento: “Road Runner”, de su disco STANDBY...ON! Tras los vítores y exclamaciones de admiración (el grupo catalán es muy querido por estas tierras murcianas desde su nacimiento, a la que han visitado en muchas ocasiones), el repertorio de esta primera parte estuvo dedicado a repasar algunos de sus muchos éxitos instrumentales como “Retalls”, “L’enanito Trist” o “Can Pod i Bo”.


El excelente guitarrista Max Sunyer, durante el concierto ofrecido en San Javier.


Santi Arisa –que hizo, como de costumbre, de Maestro de Ceremonias- dio las gracias a todos por haberles invitado una vez más a Jazz San Javier y sobre todo, subrayó, “por dejarnos tocar todavía estando ya tan mayores”. Obviamente las sonrisas aparecieron entre los presentes y, de nuevo, aplausos para unos músicos a los que siempre hemos tenido considerados de los más importantes y avanzados del cosechero español por una amplísima mayoría. A renglón seguido, Arisa anunció que era la primera vez que el grupo acompañaba a una cantante y esperaba que el resultado fuera tan bueno como el logrado en los ensayos. Así que sin más preámbulo, Santi anunció a Mónica Green que apareció en el escenario con una gran elegancia tocando, inmediatamente Josep Mas “Kitflus”, los primeros acordes de “On Broadway” para que ese torrente de voz que posee la norteamericana afincada hace años en Barcelona, se pudiera disfrutar por un auditorio totalmente sintonizado con el ahora quinteto, descargando otro aplauso colectivo al término de esta primera pieza interpretada por la cantante.


Mónica Green dejó una excelente actuación, en esta experiencia del grupo catalán.


Mónica Green llegó a España formando parte de The Supremes en su segunda etapa ya sin la participación de Diana Ross. Le gustó nuestro país y se esposó con un barcelonés fijando, desde 1987, su residencia en nuestro país. Pero desde aquí, Green ha continuado su carrera musical participando en diversos acontecimientos para los que ha sido requerida; ha grabado varios discos en solitario logrando gran repercusión y participado en diversos programas de radio y televisión. Ha hecho dos musicales con gran éxito de público y representó una comedia musical dirigida por Andreu Buenafuente titulada “Sotinho”, con la que llegó a estar en cartel dos temporadas. Por tanto, esta prodigiosa voz a la que se puede ver y escuchar con su grupo en la sala “Luz de Gas”, de Barcelona, no nos extrañó (aunque sí nos entusiasmó y mucho) el escucharla en excelentes versiones que realizó de piezas comoCan’t Never Did Nothing”, “Over The Rainbow” o “Dry Cleaner From Des Moines” en las que Green dio una muestra más de su gran potencial.


Josep Mas "Kitflus" en su laboratorio de los teclados.


Una muy original versión de “Natural Woman” y el tema de Pegasus “Funk Tàstic”, al que puso mínima letra empleando su voz como un instrumento más dando la réplica a Max Sunyer en sus riffs de guitarra arrancando, de nuevo, el reconocimiento del público que acompañaba con sus palmas. Mientras ocurría esto, el micrófono inalámbrico de Mónica Green falló y ni corta ni perezosa se fue hacia el borde del escenario para que el auditorio la pudiera escuchar bien y no perdiera el compás en las palmas. Fantástico momento del concierto de Mónica Green con Pegasus, que tuvo el reconocimiento unánime de los asistentes.


Mónica Green marcándose un baile mientras sonaba "Conga con Ganas".


Santi Arisa indicó que si había tiempo para continuar, a lo que el director de Jazz San Javier asintió desde su localidad y siguieron con la “Conga con Ganas” que fusionaron con “Transmediterránea Exprés”, con la momentánea aparición en escena de Mónica Green para marcarse unos pasos de baile al ritmo de estas creaciones del grupo catalán. Aplausos ininterrumpidos del público por espacio de un minuto, que provocaron el bis sin abandonar el escenario y que Santi Arisa anunció: El clásico de Chick Corea “Spain”. Un colofón de primera para un concierto en el que el público disfrutó y fue incondicional de un grupo con el que desde hace años, muchos de nosotros nos identificamos. Enhorabuena a Pegasus y, cómo no, a Mónica Green. 


Pegasus y Mónica Green al completo. El primero por la izquierda es Dan Arisa, quien no pudo actuar debido a una tendinitis.
El auditorio del Parque Almansa repleto en la noche de Pegasus con Mónica Green y la posterior actuación de Taj Mahal y Keb' Mo'.


La segunda parte de esta quinta jornada del XX Jazz Festival iba a cambiar, absolutamente, el decorado del escenario. Muchas almas se habían citado en el auditorio del Parque Almansa hacía ya muchas fechas atrás, porque no querían –ni debían- perderse el concierto de blues más genuino e importante del verano 2017. El que iban a protagonizar en breves instantes dos iconos del género, como son Taj Mahal y Keb’ Mo’, en este proyecto que viaja por el mundo haciendo un compendio de parte de los mejores temas del amplio espectro musical que encierra el blues.


Taj Mahal (camisa roja) y Keb' Mo' (a la derecha de pié) junto a la banda al completo.

Con el aviso previo de la organización de que hasta pasada la primera hora del concierto, nadie podía bajar al foso del auditorio para no molestar a las primeras filas, se iniciaba la actuación de estos dos reyes con los acordes de “Señor Blues” que sirvieron para que Taj Mahal apareciera por la izquierda del escenario agitando unas maracas y llegara hasta su silla junto a Keb’ Mo’, se sentara y dejara sonar su armónica y voz, que intercambiaba con la de Mo’ en cada verso. El delirio se apoderó del público y el blues comenzó a adueñarse del auditorio, disipando los aromas mediterráneos que aún pululaban por las butacas del Parque Almansa. Eran ellos, sí, y todos nosotros teníamos la gran suerte de estar allí viendo cómo nos agasajaban con su música. El blues nos entra por todos nuestros poros y no queríamos que la sesión fuera corta; todo lo contrario. Nos gustaba y queríamos una gran dosis de ese elixir milagroso.


Taj Mahal (izquierda) y Keb' Mo' con su resonadora, interpretan un blues del campo muy viejo.


Así que el desfile comenzó para todos, con piezas conocidas como “Don’t Leave Me Here”, “Gov’t Cheese”, “That’s Who I Am” o “Queen Bee”, que puso al personal en solfa para dejar muy claro que allí, en ese auditorio que asemeja a los anfiteatros romanos, los que mandaban eran Taj Mahal y Keb’ Mo’, con una banda que sonaba como un cañón integrada por Quentin Ware y Dana Robbins en la trompeta y saxo respectivamente; David Rodgers, en los teclados y Hammond B3; el bajista Stan Sergeant que daba pautas a Marcus Finnie en la batería. Para completar el grupo, las hijas de Taj, Zoe y Deva Mahal en los coros. Esta banda que lideran ambos astros del blues desplegó su enorme potencial durante las dos horas en las que nos “machacaron” literalmente con su música y sus buenas maneras. Como casi estábamos al principio, el momento de ver a ambos solos llegó con un viejo blues; blues del campo según recordó Taj Mahal, quien con su guitarra acústica y una resonadora que empuñaba Keb’ Mo’ atacaron “Divin’ Duck Blues” y “Every Morning”. Era como si al final de una larga jornada en los campos de algodón sureños, te sentaras en el porche de tu casa con tu amigo a cantar tus tristezas y alegrías del día o de tu vida.


Stan Sergeant marcó las bases rítmicas junto al batería.
La otra base rítmica, el baterista Marcus Finnie.


Nadie se movía de sus asientos, aunque no faltaban ganas de bajar al foso. Pero los acuerdos hay que cumplirlos aunque nos cueste y allí continuábamos, inquietos y cada vez más enervados por la música que estos dos Señores del Blues dosificaban poco a poco. Una nueva salva de temas terminó por desatar nuestra inquietud y el público se arrojó al foso directamente. Antes de proseguir con otro puñado de temas, Taj Mahal comentó que las mujeres siempre están como cacareando, lo que provocó risas entre el auditorio. Pero con la gracia que lo dijo, nadie podía tomárselo a mal. Así que comenzaron a sonar las notas de “Am I Wrong”, “She Dance” o “Giant Step”, tras la que Keb’ Mo’ presentó a la banda para proseguir con “The Worst” que ayudaron muchísimo a ello, con momentos para el sosiego con esos blues lentos o baladas country antes de regresar a la vorágine musical que proporcionan esos otros de corte más enérgico. Como “She Caught The Katy” en la que la armónica de Taj volvió a crear el clímax inconfundible de un buen blues.


La sección de vientos conformada por la saxofonista Dana Robbins y el trompetista Quentin Ware.

Y cual maestros que son del espectáculo, continuaron impartiendo su Magisterio mientras Taj Mahal presentaba o hacía comentarios al uso en un español claro pero con acento tejano. De nuevo un poco de sosiego con “Om Sweet Om”, para continuar con una pieza de Keb’ Mo’, “Gimmie What You Got”, donde el Hammond B3 ponía el ambiente blusero  que dejaba en todos nosotros ese regusto que proporcionan las canciones que se pegan a tu cuerpo. Como otro blues lento titulado “You Don’t/Don’t  Try”, al que siguió “Paint My Mailbox” en el que Taj Mahal insistía a Keb’ Mo’ que tocara más y más. Aquello parecía absolutamente desatado y enloquecido. Por ello culminaron con “Leavin’ Trunk” y “All Around The World”, que pusieron un final de cumbre sin borrascas en el que el calor humano superaba al meteorológico de lejos. El público insistía en que hicieran otra canción más. Lo necesitaban a toda costa y tanto Taj Mahal como Keb’ Mo’ se dieron cuenta de ello y ordenaron a su batería que comenzara con el ritmo de “Soul”, regresando todos al escenario y, ahora sí, finalizando este su paso por el XX Jazz San Javier en el que han dejado un recuerdo imborrable para todos los que abarrotaban el auditorio del Parque Almansa. Pocas veces se ha visto un espectáculo de tan alto calibre, que acrecenta el nivel que ha venido ganándose, por derecho propio, este festival. Nuestra enhorabuena a la organización, por habérnoslo proporcionado. 


Zoe y Deva Mahal hacían los coros, pero también tuvieron una parte de solistas durante el concierto en San Javier.


En resumen, una jornada en la que se disfrutó de la música de jazz fusión con aromas mediterráneos del grupo Pegasus, que luego abordó el acompañamiento de una gran voz como la de Mónica Green. Después, el blues se adueñó de un auditorio predispuesto a la locura y el desenfreno que proporcionaron dos auténticos jabatos: Taj Mahal y Keb’ Mo’. Y continuamos sin poder recuperarnos desde hace cinco días. Ya veremos cómo acaba nuestro cuerpo. Lo que está nítido es que nuestras almas van cargando alimento para un buen periodo. Ahora nos espera otra andanada de buena música, con dos homenajes a otros tantos compositores y pianistas que aunque por caminos diferentes llegaron al mismo Olympo de los Dioses del Jazz: Thelonius Monk y Antonio Carlos Jobim. Y por medio, el Premio a Toda Una Vida en la música para el guitarrista y cantante John Pizzarelli.

Las fotografías están hechas por Goio Villanueva. Si pinchas en el nombre puedes visitar su web y blogs. Te los recomiendo.



Al final del concierto, el foso ya estaba repleto de aficionados que no pudieron resistir más de lo que la organización les indicó.

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